Sólo el 6% de las personas al frente de gobiernos en el mundo son mujeres. Y a su vez, ellas son las principales víctimas de violencia en el ámbito político.

«La violencia, persecución o acoso contra las mujeres políticas por el hecho de ser mujeres es para mantener la jerarquía de género. La violencia contra actores políticos varones o la violencia que se da en general en la política tiene que ver con posiciones políticas, pero cuando se trata de violencia contra las mujeres en la política es diferente: ahí es una cuestión de identidad«. Quien habla es Juliana Restrepo Sanín, doctora en Ciencias Políticas de la Universidad Rutgers. Es una de las participantes de «Liderazgo y participación política de las mujeres», uno de los paneles de la segunda edición del Foro de Género y Políticas de la Red Interdisciplinaria de Género de América Latina (LAIGN). Esta vez la cita es en México.

Restrepo Sanín es de Colombia y detalla todas las leyes contra la violencia política que se sancionaron en la región desde 2012. En Argentina, la violencia política por razones de género fue incorporada en 2019 a la Ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, sancionada en 2009.

La argentina Virginia García Beaudoux, doctora en psicología, investigadora del CONICET, plantea los “escenarios desiguales para el liderazgo y la participación política de las mujeres”. Asegura que el liderazgo es masculino: «La psicología nos enseña que existe un poderoso sesgo automático e inconsciente que asocia a las mujeres con lo privado y a los hombres con lo público. Y, como el liderazgo sucede en el espacio público…»

Cita un informe del PNUD de 2020 que dice que el 47% de la población de 75 países del mundo opina que los hombres son mejores líderes políticos: «Cuando pensamos en liderazgo, pensamos en varón -continúa Beaudoux-. Las características atribuidas a las personas líderes coinciden con las descripciones que culturalmente se hacen de los hombres, no con las que se realizan de las mujeres. Cuanto más una mujer se aleja del estereotipo del liderazgo, más barreras enfrenta para acceder a él y ejercerlo».

«Si las mujeres no limitan su femineidad se dice que no tienen lo que hace falta para liderar. Si se masculinizan sufren una penalización por mostrar orientación al poder y se convierten en mujeres con adjetivos», sigue la especialista.

Muy pocas

Sin mujeres, no. Hashtag reivindicativo de la paridad de género en la actividad política.
Sin mujeres, no. Hashtag reivindicativo de la paridad de género en la actividad política.

Hoy, sólo el 6% de los Jefes de Estado y Gobierno son mujeres. Sólo el 26% de los parlamentarios del mundo son mujeres. Sólo el 21% de los ministros de gobierno del planeta son mujeres.

«La igualdad numérica no equivale a igualdad sustantiva, que es la igualdad de poder o influencia. No se trata solo de números sino de construir posiciones para ejercer influencia política -asegura Beaudoux-. Aún cuando en muchos parlamentos se ha alcanzado la paridad, en ministerios y comisiones parlamentarias decisivas la menor presencia de mujeres es significativa. Y casi no hay mujeres liderando partidos políticos«.

Luego, Ligia Fabris, de Brasil y cofundadora del Foro Estatal de Río de Janeiro por Más Mujeres en la Política, resaltó el protagonismo de América Latina en tratar la violencia política contra las mujeres, a diferencia del poco tratamiento del tema en otras regiones, que no están abordando la violencia que sufren las mujeres que están o quieren estar en la política. «La violencia política contra las mujeres es una estrategia, una forma de mantenerlas lejos del poder que representa la esfera política», sostuvo.

“Debemos redoblar esfuerzos para garantizar la plena participación política de las mujeres, ya que además de garantizar este derecho, cuando los Estados aseguran condiciones de igualdad, impulsan sociedades más inclusivas y, por ende, más prósperas”, concluyó Belén Sanz Luque, de ONU Mujeres México.

El sur global

Programa del Foro Género y Políticas
Programa del Foro Género y Políticas

LAIGN es una colaboración entre el Centro de Investigación y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Consejo de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos de la Universidad de Yale.

El Foro de Género y Políticas Públicas se propone «ayudar a cerrar la brecha entre la política pública y el conocimiento académico«. La edición 2022-23 cuenta con la colaboración de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro, Yale University Women Faculty Forum y Vital Voices Global Partnership. La primera sesión fue en noviembre y se centró en el papel de la mujer en el sistema de cuidados; la segunda fue la del liderazgo y participación política de las mujeres; la tercera será sobre desarrollo sostenible; y la cuarta sobre el fin de la violencia contra las mujeres.

«La creación de la Red Latinoamericana de Estudios Interdisciplinarios de Género surgió de la necesidad de establecer un diálogo fluido y constructivo en la academia, y fuera de ella, que incorporara el pensamiento del Sur Global. Irónicamente, la pandemia del COVID-19 que tanto nos afectó en muchos planos, aceleró el uso de la comunicación virtual, lo cual nos permitió ponernos en contacto con cientos de personas interesadas en intercambiar saberes. Lo bello es que pudimos ponernos a trabajar en cuestiones muy concretas casi inmediatamente», dice a Clarín Claudia Valeggia, presidenta del Consejo de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos de Yale.

«La red nace casi de manera orgánica de la sinergia que se creó entre el Consejo de Estudios Latinoamericanos e Ibéricos de Yale y el Centro de Investigaciones y Estudios de Genero de la Universidad Autónoma de México. Esta sinergia se basa tanto en objetivos académicos compartidos como de la buena onda instantánea que se generó entre los dos grupos desde el comienzo», agrega.

«Dado el caracter interdisciplinario que quisimos darle a la red, surgieron originalmente cinco grupos de trabajo y a medida que la red LAIGN fue creciendo, se crearon dos grupos más. El alcance de la red, el diálogo entre grupos de trabajo y la valoración de escuchar otras voces, otros saberes que no son los hegemónicos hacen que esta red sea extraordinaria -sigue Valeggia-. Los retos son muchos dadas las diferentes realidades de cada región, pero al mismo tiempo hay un marcado eje transversal que nos acerca y nos impulsa al diálogo».

“Uno de los principales objetivos del Foro de Género y Políticas es crear espacios de intercambio entre académicos, activistas y personas directamente involucradas en los temas más apremiantes de la formulación de políticas en todo el continente -explica Amneris Chaparro, Secretaria Académica y de Investigación del Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM-. Todo esto desde lo feminista, lo interseccional y con perspectiva de derechos humanos”.

 

fuente: clarin.com

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